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martes, 8 de diciembre de 2009

La Navidad búlgara

En Bulgaria la Navidad se celebra los días: 25 y 26 de diciembre. La razón de celebrar el día de Navidad en dos días es debida a la prohibición de practicar la religión durante la época comunista. Por ésta razón se invento una fiesta diferente y sospechosamente parecida a la de Navidad pero celebrada al día siguiente. Después de la caída del comunismo, se celebra el día de Navidad pero también se ha conservado el día después.
El día antes de Navidad es un auténtico ritual. Se pasa todo el día cocinando, adornando la casa y montando el árbol de Navidad, que debe ser verdadero y no de plástico, ya que a Papa Noel le gustan los árboles naturales. En nuestro país no existen los Reyes Magos...
En la mesa de Nochebuena ha  de haber al menos 7 platos diferentes, sin carne ni lácteos. Si se ponen más platos, siempre deben ser impares. Frutos secos, compota de peras, manzanas y ciruelas una especie de bolas de col rellenas de arroz con especias, llamada sarmi, nueces, y un pan especial, que tarda al menos 5 horas en preparase, llamado pitka en el que se esconde una moneda y bolitas de cornejo, miel (para untar en el pan), judías (cocinadas de una manera especial, con un montón de especias) y otras cosas a elegir como ensaladas.
El resto de los días si que se come carne,  de todas las formas posibles, y col ácida.
Antes de empezar la cena se encienden todas las luces de la casa y la anfitriona, que siempre es la mujer de mayor edad de la familia, recorre todas las habitaciones, ambientándolas con mirra comprada en una Iglesia.
Después coloca una esbelta vela de cera, la típica de las iglesias ortodoxas, sobre el pan, encendiéndola con cerillas para que la prosperidad y el dinero reine en la casa durante el año venidero.
Mientras, todos aguardan en la mesa que se ha preparado, a que termine éste primer ritual. A su conclusión, todos, en pie, rezan un Padrenuestro que siempre concluye con tres presignaciones.
Tras ello, la anciana anfitriona raciona el pan, que se llama pitka, repartiéndolo en pequeños trozos a todos los presentes.
El primer trozo que rompe del pan, es dejado en el centro de la mesa, como ofrenda a la madre de Jesús. El segundo queda en honor de la casa, tras de lo cual, los trozos siguientes, y en orden de edad, de mayor a menor, van siendo repartidos a cada uno de los presentes.
Una vez cada uno tiene su trozo, buscan en su interior, esperando hallar o bien la moneda de la suerte o bien las bolitas de frutos de cornejo, que proporcionarían, salud, prosperidad o amor, según sean una dos o tres bolitas juntas, las halladas.
Obviamente la mas preciada es la moneda, que quien tiene la suerte de encontrarla, la guardara celosamente durante un año, junto a sus monedas. El rito indica que la suerte acompañara a esa persona durante todo el año siguiente.
El primer trozo de pan que se mástique ha de ser inmediatamente escupido en una servilleta o trapo blanco, y se ha de poner debajo de la almohada. Lo que esa noche se sueñe, será un sueño premonitorio.
Después, cada uno de los participantes ha de coger una nuez y partirla. Quien al romperla la encuentre estropeada por dentro, no tendrá un buen año, no así como el que la encuentre sana que vera colmada su felicidad.
Terminada la cena, nada se recoge. Todo se deja tal y como quede hasta la mañana siguiente. Esto se hace porque la creencia dice que los muertos nos acompañan ese día, participando de la cena y del Nacimiento de Jesús.
Esa noche, los niños se van pronto a dormir, ya que Papa Noel ha de venir a dejar los regalos junto al árbol.
En algunos pueblos aún se representa una costumbre ancestral llamada Los Koledari. Dichos personajes, hombres no casados, no importa de que edad, salen de noche ataviados con una vestimenta especial para éste acontecimiento, llevando unos bastones ricamente  ornamentados con motivos frutales, unas especies de rosquillas hechas de pan, y palomitas y ciruelas pasas.
Durante toda la noche recorren el pueblo de casa en casa, entonando canciones populares navideñas y deseando paz y prosperidad.
Tanto su vestimenta, que varía de región a región, como su puesta en escena, es un espectáculo. Ellos escogen a su guía, que ha de ser la persona más popular del pueblo, al que llaman Stanenik. Él es el responsable de elegir las bendiciones que darán en cada casa. Cuando son recibidos, se les da una especie de pan con agujero en medio que se llama Kravai, y que la dueña de la casa ha preparado especialmente para el momento.
También se les dan frutos secos, dulces y a veces monedas. Ellos cantan a cambio una vieja canción popular,
Star stanenik kuda vodi,
stanenine, gospodine,
tche ti idat dobri costil,
oi, Kolade le, moi Kolade!
otbor momtzi koladnitzi,
stanenine, gospodine!


Los Koledari desean al dueño que por su propiedad pasen tres ríos, uno de agua, otro de vino y otro de leche. También le desean salud, longevidad, riqueza y felicidad.
Para la noche de fin de año, en cambio, sí se come carne, y mucha. Suele ser cerdo asado acompañado de col ácida. Acompañando se preparan diversas ensaladas. Asimismo se prepara un pastel salado, llamado Banitza  s kasmeti, de hojaldre con huevos, yogurt y queso salado. Lo especial de éste pastel es que se usa ritualmente como adivinación: la mujer que lo prepara pone en pequeños papelitos (Kasmeti) los deseos de cada uno de los que van a estar en la mesa, salud, casa nueva, amor, viajes, etc. Hoy en día, además de esos deseos se escriben frases de broma, para reírse todos con todos.
Pasada la medianoche se corta en trozos el pastel y cada uno busca en su interior la notita.
Después vienen los Survakari. Los Survakari llevan una rama de cornejo se decora con frutos secos, palomitas y mechones de lana roja, llamado éste conjunto Survacka.
Acostumbran a ser los niños de la casa o un miembro de la familia, ya que actualmente nadie va de puerta en puerta aunque en los pequeños pueblos aún se va de puerta en puerta como antaño.
Los hombres jóvenes, con sus Survacka, golpean suavemente el la espalda de los presentes deseando salud durante todo el año, a la par que dicen:
Surva surva vesela godina!
Zhivi, zdravi do godina,
do godina, do amina!

Es una especie de conjuro de la buena suerte. A cambio, se les dan monedas.
Esto es más o menos lo que tradicionalmente hacen los búlgaros en éstas fechas.
En estas fiestas siempre se baila Horó, el mas típico baile búlgaro, una especia, por comparación, de sardana, en la que se baila de las manos cogidas y realizando círculos, acompañado de gaitas y otros instrumentos típicos.
Tanya Ivanova
Presidenta Casa Tracia

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